sábado, 28 de febrero de 2015

Edificando una Iglesia aprobada por Dios. 1 Corintios 3:5-17

Actualmente la iglesia está experimentando una crisis en su concepción, organización y relaciones internas, que muchas veces no refleja el diseño de Dios. Su naturaleza y función han sido alteradas.  A pesar de ello, la iglesia ha demostrado ser una comunidad indestructible, que con la ayuda de Dios ha utilizado los recursos dados por Él para sobreponerse a las crisis en medio de una sociedad tóxica que pone en riesgo su bienestar y la deja muchas veces desprotegida. La iglesia sobrevive en una sociedad que atenta contra su bienestar espiritual.  En esta era electrónica la los medios masivos, enseñan a la iglesia cómo pensar, sentir y actuar, en formas que muchas veces se oponen a los valores del Reino de Dios. Ahora son las letras de las canciones de moda, los predicadores con alto “rating” televisivo  o los músicos cristianos convertidos en estrellas, los que enseñan a la iglesia cómo deben de ser. Con la proliferación de tan diversos modelos congregacionales surge una pregunta. ¿Cómo tener la seguridad de que la iglesia tiene el visto bueno de Dios? En 1 Corintios 3.5-17 Pablo utiliza y desarrolla la metáfora de la edificación, como lo hace en varios de sus escritos, para enseñarnos que la iglesia recibe la aprobación de Dios cuando, confía en Dios, pone el fundamento correcto y usa los materiales correctos.

Los temas de la construcción, del edificio que se construye ocupan gran lugar en la Biblia, libro de un pueblo que se construye y edifica sus casas, sus ciudades, su templo. Construir es un deseo natural del hombre.
En griego, la palabra “edificación” es compuesta por “OIKOS”, es decir, “casa”; y “DEMO”, “construir”. En este contexto el Salmo 127 es un salmo escrito por el sabio Salomón, en El tema de este Salmo,  es que las empresas humanas se realizan sólo con la bendición divina, se asociaba probablemente con la edificación del templo por Salomón destaca un asunto de suma importancia. SI el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican.
No podemos aspirar a una construir una iglesia efectiva sin la presencia de Dios. El problema es que muchas veces vivimos así, por nuestra cuenta, haciendo  que consideramos adecuado, siguiendo nuestros propios valores, ideas, y en ocasiones, siguiendo lo que nos enseñaron, heredaron o contagiaron los demás.
La enseñanza es muy sencilla pero de lo más importante. Jesús, piedra angular y templo santo, no es solamente el nuevo edificio; es también su constructor. El edificio es obra suya, es su Iglesia “Yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y las puertas del reino de la muerte no prevalecerán contra ella.” Él escoge sus materiales y los pone en su lugar, él es quien da» a cada uno su puesto y su ministerio, que da a todos los elementos del edificio concordia y cohesión y construye así su propio cuerpo.
Edificar es sinónimo de construir. Idea que se relaciona en forma especial con el hacer, y para hacerlo hay que confiar en el constructor que Dios.

Edifiquemos sobre el fundamento correcto.
Los arquitectos tenemos entre otras cosas la habilidad de construir. Pablo está afirmando que él recibió esta asignación de parte de Dios y era responsable de colocar el fundamento correcto. Quien puede dudar de la importancia que tiene para un edificio, una buena cimentación. Las piedras angulares sostienen todo el edificio. El versículo 11 señala que el único principio básico verdadero es Jesucristo. Se puede intentar construir en otro fundamento, pero si se intenta hacer esto, no será la iglesia. El fundamento lo es todo. La piedra angular ha sido colocada en Jesucristo y todo lo que hacemos en la iglesia debe ser conformado en él

2. Utilícenos los materiales correctos
Construir con los materiales correctos, ha sido principio rector de toda construcción que pretenda perdurar. Grandes edificios de la antigüedad permanecen gracias a que quienes los construyeron hicieron uso de este principio básico; buenos materiales.
Pablo contrasta dos grupos de materiales. Por un lado es oro, plata, y piedras preciosas, el otro es madera, heno y hojarasca. La diferencia más importante es que el primer grupo no se quemará. ¿Qué representan estos materiales?
Construir con materiales de calidad tiene que ver con la calidad de nuestra enseñanza. La madera, el heno y la hojarasca se refieren a una enseñanza de poca calidad.
Se puede dar el caso de edificar un edificio con el  fundamento correcto y aun utilizar materiales equivocados. La calidad del trabajo es la base de la evaluación. La evaluación de Cristo nuestro ministerio será como un fuego pasando rápidamente a través de un edificio. El versículo 14 nos muestra los dos resultados posibles. Si nuestro trabajo pasa por alto la inspección recibiremos una recompensa. ¿Pasará por la prueba la iglesia que hemos edificado? El fuego evalúa cada material que toque. No lo olvide, estaremos ante Cristo y él evaluará el carácter de nuestra enseñanza y los motivos de nuestros corazones.

Tengamos cuidado de cómo edificamos.


Pastor Ramón Cervantes Parra

domingo, 22 de febrero de 2015

La compasión de Jesús. Marcos 8:1-30

La repetición es un importante principio Detrás de las enseñanzas de Jesús repetía importantes verdades vez tras vez, porque Él sabía cuán fácilmente nos olvidamos de sus preceptos. A propósito de dos manifestaciones sobrenaturales muy similares, que tenían que ver con la multiplicación de panes, Jesús reclama  a sus discípulos, la notaria la falta de compresión de la manera en la que Dios actúa  y les señala “ ¿Todavía no entendéis ni recordáis los cinco panes de los cinco mil, y cuántas cestas recogisteis? ¿Ni los siete panes de los cuatro mil, y cuántas canasta que recogisteis? ¿Cómo es que no entendéis que no os hablé de los panes?”.
La alimentación de los cuatro mil posee demasiadas similitudes con el milagro de la alimentación de los cinco mil y a pesar de eso, hay lentitud para entender los asuntos del reino. En este pasaje una vez más estamos frente a una enseñanza clara y sencilla,  que vale la pena recordar una y otra vez.  “Cuando se colocan pocos recursos en las manos de un Dios todopoderoso, se convierten en abundancia”. Las dos situaciones en las que alimentó a las multitudes proveían amplia evidencia de que la escasez de recursos no representaba ninguna limitación para el Señor.
No obstante la claridad del principio, es necesario percibir cómo detrás de las enseñanzas de Jesús, está el interés en  la formación de las personas, con el propósito de generar transformación en nuestras vidas, por ello ante la crisis en la que se encuentra la sociedad y la desesperación de muchos hombres, hemos de aprender de Jesús, el respeto por la vida, la dignidad del ser humano y el respeto a los demás. En sus palabras “tengo compasión de la gente” resalta el “valor del ser humano” porque ya hace tres días que están conmigo, y no tienen qué comer; un importante principio sobre el amor fraterno que incluye el servicio,  y la ayuda práctica hacia otros, especialmente a los más necesitados.
¿Qué es la compasión? La compasión es el deseo de que los demás estén libres de sufrimiento. la compasión literalmente "sufrir juntos", "tratar con emociones ...",  es una emoción humana que se manifiesta a partir del sufrimiento de otro ser. Más intensa que la empatía, la compasión describe el entendimiento del estado emocional de otro, y es con frecuencia combinada con un deseo de aliviar o reducir su sufrimiento. Recordemos en Marcos 6.30-44 Cuando hubieron regresado los discípulos, Jesús pretendió apartarlos a un lugar solitario para proveerles la oportunidad de descansar. «Pero muchos los vieron ir y lo reconocieron; entonces muchos fueron allá a pie desde las ciudades, y llegaron antes que ellos, y se juntaron a él. Salió Jesús y vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas que no tenían pastor; y comenzó a enseñarles muchas cosas» (vv. 33-34).
En la alimentación de los cuatro mil, resulta muy interesante observar la reacción de Jesús. Vio la enorme muchedumbre y percibió, que no contaban con  el alimento necesario para nutrirse. Frente a esto, Jesús fue movido a compasión.
Si deseamos tener un corazón compasivo, el primer paso consiste en cultivar sentimientos de empatía o proximidad hacia los demás.Mas bien los miró con misericordia porque el mero hecho de que lo siguieran revelaba la magnitud de su necesidad.
También debemos reconocer la gravedad de su desdicha. Cuanto más cerca estamos de una persona, más insoportable nos resulta verla sufrir. Cuando hablo de cercanía no me refiero a una proximidad meramente física, ni tampoco emocional. Es un sentimiento de responsabilidad, de preocupación por esa persona

Para que nosotros cultivemos este mismo espíritu de compasión, debemos enfocarnos en la gente que está a nuestro alrededor. ¿Qué importa si son cuatro o cuatro mil?

Pastor Ramón Cervantes Parra.

domingo, 15 de febrero de 2015

¿Cómo cuidarnos de la contaminación? Marcos 7:1-23

Ninguno de nosotros  ignora que la contaminación es un factor de riesgo para la salud, sabemos que produce enfermedades y otros trastornos.
El aumento de los niveles de contaminación en las ciudades se ha visto reflejado en un incremento en los ingresos hospitalarios y en el registro de más casos de enfermedades cardiovasculares y pulmonares. Según la Organización Mundial de la Salud la mortandad ha aumentado a causa de la contaminación ambiental. La emisión de dióxido de carbono y otros contaminantes fueron en 2014 causantes de que aproximadamente siete millones de personas murieran prematuramente en el mundo cada año. Esa cifra es mayor que el número de muertes prematuras por sida y malaria combinadas.

Muchas veces creemos que son los demás los que nos contaminan. Pero la palabra de Dios dice que somos nosotros mismos los que nos contaminamos y contaminamos a los demás. V 15 La frase del Señor Jesús debe haber causado consternación a muchos de los presentes: 15 Nada hay fuera del hombre que entre en él, que le pueda contaminar; pero lo que sale de él, eso es lo que contamina al hombre” La mayoría de ellos eran conocedores de los elaborados rituales que observaban los fariseos para mantener su pureza en un mundo impuro. La práctica derivaba de una compleja interpretación de las leyes del Antiguo Testamento que exigían pureza de los levitas y (Lv 11.44 y Ex 19.6).

Los fariseos restringían seriamente el contacto con diferentes clases de personas que consideraban contaminadas. La entrada de un judío a sus casas solamente era posible si se sometía a una serie de rituales que quitaban todas las “impurezas” que podía traer consigo, una de esas prácticas era el hábito de lavarse cuidadosamente las manos antes de comer. Independientemente del asunto de la higiene, los fariseos creían que en el acto de lavar sus manos removían de sus personas todas las impurezas que pudieran haber acumulado en el transcurso del día por haber estado en contacto con personas impuras. Su indignación contra los discípulos de Jesús es porque esperaban que un grupo de personas que seguían a un Maestro religioso observaran las mismas reglas que ellos.

La filosofía que sostenía las creencias de este grupo religioso afirmaba que la contaminación es algo que rodea a la persona, pues se encuentra en el mundo exterior a uno. La conclusión lógica de esta postura, entonces, es que la pureza solamente se logra cuando se reduce al mínimo el contacto con todo aquello que puede contagiar la vida de corrupción.

El problema principal de este enfoque es que está combatiendo el mal en el lugar equivocado. Jesús dice lo que verdaderamente contamina y destruye a una persona, es lo que está “dentro, del corazón de los hombres,” porque de ahí “salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios,”

Desde esta perspectiva Es necesario reconocer que requerimos reorientar nuestra manera de pensar para que cambie nuestra manera de vivir, una vida en la perspectiva de Dios en su medio, y  en sus influencias, estará centrada de manera correcta en Él.
Dios no nos ha dado a los creyentes en Cristo un complejo conjunto de reglas para guiarnos. Nos ha dado su Espíritu quien está trabajando para cambiar nuestros corazones, nuestras mentes y nuestro carácter desde adentro,  para que a través de la vida entera se manifieste la luz de Jesús tiene para encaminar nuestros pasos y alumbre nuestro entendimiento

El apóstol Pablo en su carta a los Filipenses resalta la manera en la que debemos de nutrir el pensamiento con vitaminas espirituales, que nos permitan mantenernos sanos.

VITAMINA “C”. CONFÍEMOS EN EL CUIDADO DE CRISTO.

6 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. 7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

La Vitamina C es esencial para el desarrollo y mantención del organismo, por lo que su consumo es obligatorio para mantener una buena salud.
La vitamina C sirve para: Evitar el envejecimiento prematuro. Facilita la absorción de otras vitaminas y minerales. Antioxidante.  Evita las enfermedades degenerativas tales como arteriosclerosis, cáncer, enfermedad de Alzheimer.
Evita las enfermedades cardíacas

Las circunstancias de la sociedad actual, hacen que frecuentemente las personas  se encuentren preocupadas, ansiosas y  afanosas. La preocupación aparece cuando detectamos la presencia de un problema, y comenzamos de inmediato a pensar en él para planificar las acciones futuras, que nos ayudarán en  la toma de decisiones para superar nuestras dificultades. Existe una lista casi interminable de problemas que inquietan y perturban nuestros pensamientos: enfermedades, compromisos económicos, situaciones laborales o escolares, relaciones interpersonales quebrantadas, dificultades familiares, y una variedad de asuntos más, que desgastan y agotan nuestras vidas. Es reconocido que la ansiedad, caracterizada por el estrés y la presión, puede afectar los recursos emocionales y físicos de una persona de tal manera, que pueden producir enfermedades causadas por la preocupación intensa.
En este pasaje el escritor muestra el antídoto para sofocar la ansiedad y calmar nuestros temores, Pablo mismo experimentaba al momento de escribir la carta, circunstancias difíciles pues estaba encarcelado esperando lo que tal vez fuera su sentencia de muerte. El apóstol nos dice que la paz de Dios, es el resultado de nuestra oración confiada en él.  Cuando en oración  suplicamos por nuestras necesidades y depositamos toda nuestra ansiedad sobre él, sustituimos  la preocupación por la confianza en el cuidado permanente de Cristo, quien nos dejó su paz para que no estemos preocupados ni temerosos. Si bien la paz que Jesús nos ofrece, no quiere decir falta de problemas, ninguna experiencia de sufrimiento o peligro nos la puede quitar, porque Su paz, la que la gente de este mundo no alcanza a comprender, cuida, guarda y protege el corazón y los pensamientos de quienes hemos creído en él. La ansiedad no debería de tener lugar en nuestras vidas, porque quien cree, confía en la fidelidad de Dios, y su esperanza descansa en la seguridad que él ofrece. Como creyentes a la hora de ser probados, podemos darnos cuenta de que depende nuestra felicidad y sobre que está cimentada nuestra paz. En lugar de atormentarnos con nuestros problemas y sentirnos amenazados en  busca de una seguridad que no podemos encontrar fuera de él, liberémonos de nuestras preocupaciones antes de que ellas nos perturben a nosotros. Reconciliémonos con Dios, acerquémonos en oración a él, recibamos su perdón, démosle a conocer todas nuestras necesidades y experimentemos una de las más grandes bendiciones de la vida cristiana, la paz de Dios.

VITAMINA “B”. BUSQUEMOS LO BUENO
8Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.
Grupo de vitaminas relacionadas con el metabolismo. El metabolismo es el conjunto de reacciones y procesos físico-químicos que ocurren en una célula[] Estos complejos procesos interrelacionados son la base para crecer, reproducirse, mantener sus estructuras, responder a estímulos, etc.
Sería una ilusión pensar que lo que pasa en un nuestro entorno no afecta nuestras vidas, y que en el escondite secreto de nuestros pensamientos no guardamos vanidades, odios, iras, contiendas, temores, lujurias, conceptos de Dios hechos a nuestra medida, ¡y sabrá Dios cuantas cosas más¡ ¿Qué sucedería si nuestros pensamientos comenzarán a proyectarse públicamente en la pantalla de un televisor? ¿Cómo ignorar que  nuestros pensamientos afectan la salud de nuestras vidas? Al igual que aprendemos con dolor, que demasiada azúcar pica los dientes. Lo que dejamos entrar en nuestra mente influye en las palabras que decimos y las cosas que hacemos, como dice el proverbio “cual es su pensamiento en su corazón, tal es él”. No hay duda de que la mente, es un blanco del enemigo, Satanás quiere por todos los medios posibles, normar nuestra vida y conducta en contra de Dios,  para lograrlo no concederá momentos de descanso o de suspensión temporal. Es necesario reconocer que somos incapaces de resguardar por nosotros mismos nuestra mente en contra de los asaltos de los malos pensamientos. Por ello, además de depender de la fortaleza de Dios, conducirnos con firmeza y llevar todo pensamiento rebelde a obedecer a Cristo, debemos tomar en cuenta la manera de nutrir nuestra mente de cosas buenas.

El apóstol da a los filipenses una lista de seis grandes temas para la meditación, que es algo más que un simple pensar; es atender con la mente, es alimentar sus pensamientos. Lejos de tratar de explicar todo lo verdadero, noble, justo, puro, amable, honesto y digno de admiración. Es necesario tener claro que la cuestión primordial a la que Pablo nos exhorta, es la excelencia moral, que no puede tener otro punto de referencia que la mente de Cristo. Cuando como cristianos, caminamos diariamente con el Señor, y tratamos de aplicar rectamente lo que en Cristo Jesús se nos ha revelado, no sólo somos capaces de distinguir los pensamientos buenos o malos, a través del Espíritu quien nos guía a toda verdad, sino que también podemos darnos cuenta de la necesidad de renovación de nuestras mentes. Seamos selectivos y busquemos edificarnos de todo lo bueno  que proviene de Dios.

VITAMINA “A”. APLIQUEMOS LO APRENDIDO
9Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros.

La vitamina A o retinol es una vitamina liposoluble; ayuda a la formación y mantenimiento de dientes sanos, tejidos blandos y óseos, de las membranas mucosas y de la piel. Se conoce también como retinol, ya que genera pigmentos necesarios para el funcionamiento de la retina. Desempeña un papel importante en el desarrollo de una buena visión, especialmente ante la luz tenue. También se puede requerir para la reproducción y la lactancia

La mayoría de las personas estamos conscientes  que la salud física depende en buena parte de una adecuada  dieta alimenticia. De la misma manera nuestra salud mental y espiritual depende, en mayor proporción todavía que la corporal, de lo que nutre nuestra mente. Cabe preguntarnos ¿Por qué usualmente menospreciamos el ocuparnos de nuestros pensamientos? ¿Desconocemos la importancia que desempeña en nuestra vida espiritual, lo que platicamos, vemos, imaginamos o leemos? Pablo no solamente  mueve a los hermanos de Filipos a la meditación, porque esta en sí misma no transforma la vida, sino que los convoca a la acción obediente. Pablo les enseño, pero también practicó de palabra (oísteis) y de obra (visteis).  Este versículo nos enseña el poder práctico del evangelio en las vidas de los que hemos  sido salvados por nuestro Señor Jesucristo. Hoy el mundo no sólo requiere de personas que oren como cristianos, alaben como cristianos sino que piensen y actúen como cristianos. De esta manera no solamente encontraremos la paz de Dios, sino también el Dios de paz estará con nosotros.

Una antigua leyenda habla acerca de tres hombres y sus sacos. Cada uno tenía dos sacos, uno atado frente al cuello y el otro atado a la espalda. Cuando le preguntaron al primer hombre que había en sus sacos, contestó: "En el saco sobre mi espalda están todas las cosas buenas que mis amigos y mi familia me han hecho. De este modo no se ven. En el saco del frente están todas las cosas malas que me han sucedido. De vez en cuando me detengo, lo abro, saco las cosas, las examino, y pienso en ellas". En realidad este individuo no progresaba mucho en la vida porque se detenía demasiado para concentrarse en toda la basura que cargaba.
Le preguntaron al segundo hombre acerca de sus sacos. Contestó: "En el saco del frente están todas las cosas buenas que he hecho. Me gusta mirarlas, y con mucha frecuencia las saco para ostentar ante la gente. ¿El saco en la espalda? Ahí mantengo todas mis equivocaciones, y las cargo todo el tiempo. Seguro que son pesadas, me aminoran la marcha, pero qué le vamos a hacer, por alguna razón no puedo deshacerme de ellas".
Cuando le preguntaron al tercer hombre por sus sacos, respondió: "El del frente es maravilloso. En él guardo todos los pensamientos positivos que tenga acerca de las personas, todas las bendiciones que he experimentado, todas las grandes cosas que otros han hecho por mí. El peso no es problema. El saco es como las velas de un barco: me impulsan hacia adelante. El saco en la espalda está vacío. No hay nada en él. Le hice un gran hoyo en el fondo. En él pongo todo lo malo que pienso acerca de mí, o que oigo de otros. Todo esto entra por un lado y sale por otro, por lo que no estoy cargando nada de peso extra".
¿Qué clase de pensamientos estamos cargando en nuestros sacos? ¿Acaso creemos que nadie sabe lo que hay dentro de ellos?

Respondamos como corresponda, pidamos Espíritu de Dios aclare y alimente nuestros pensamientos.


Pastor Ramón Cervantes Parra


sábado, 14 de febrero de 2015

Reacciones inesperadas, enseñanzas sobre la multiplicación de los panes y los peces. Marcos 6:30-44

La alimentación de los cinco mil es una de las pocas historias acerca de los milagros de Jesús que se encuentran en los cuatro evangelios. La narración del milagro está en Mateo 14:13-21, Marcos 6:35-44, Lucas 9:10-17, y Juan 6:1-14; en ello se relata que Jesús multiplica cinco panes y dos peces y da de comer a cinco mil hombres. Las enseñanzas de este pasaje son muchas, pero nos enfocaremos en las reacciones humanas ante los conflictos que el pasaje presenta.

30 Entonces los apóstoles se juntaron con Jesús, y le contaron todo lo que habían hecho, y lo que habían enseñado.31 El les dijo: Venid vosotros aparte a un lugar desierto, y descansad un poco. Porque eran muchos los que iban y venían, de manera que ni aun tenían tiempo para comer. 32 Y se fueron solos en una barca a un lugar desierto.

Problemática. La necesidad de descansar
Solución. Proveer la oportunidad del descanso
Conflicto. La gente no lo permitió
Reacción. Atención por amor y compasión.

Cuando hubieron regresado los discípulos, Jesús pretendió apartarlos a un lugar solitario para proveerles la oportunidad de descansar. “Pero muchos los vieron ir y lo reconocieron; entonces muchos fueron allá a pie desde las ciudades, y llegaron antes que ellos, y se juntaron a él. Salió Jesús y vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas que no tenían pastor; y comenzó a enseñarles muchas cosas”
No tenían a quien acudir para ser atendidas ni escuchadas en sus luchas y dificultades cotidianas. Frente a esto, Jesús fue movido a compasión. No los juzgó, ni se molestó con ellos porque no lo dejaban tranquilo. Más bien los miró con amor y misericordia.

35 Cuando ya era muy avanzada la hora, sus discípulos se acercaron a él, diciendo: El lugar es desierto, y la hora ya muy avanzada. 36 Despídelos para que vayan a los campos y aldeas de alrededor, y compren pan, pues no tienen qué comer 37 Respondiendo él, les dijo: Dadles vosotros de comer. Ellos le dijeron: ¿Que vayamos y compremos pan por doscientos denarios, y les demos de comer?

Problemática. Un lugar desierto y la hora avanzada
Solución. Despedir a los hambrientos
Conflicto. No los despidan en lugar de eso denles ustedes de comer
Reacción. ¿Qué les demos de comer?

En contraste con la reacción de Jesús, llena de amor y compasión, los discípulos a quienes se les había prometido un merecido descanso, se acercan a Jesús para invitarle a dar fin a aquella inesperada tertulia. Llama la atención que no es ninguno de los asistentes, quien hace la solicitud de un receso o mucho menos pediré al maestro, que de por terminada la reunión, aduciendo cansancio o necesidad para satisfacer su hambre natural. En este contexto cabe la posibilidad de preguntarnos si la preocupación de los discípulos de Jesús no obedecía a su deseo por dar por terminado el evento y al fin poder descansar. Peor aún la solución dada por el Señor dista mucho de lo que ellos habían pensado, ya que lejos de descansar el maestro les pedía, un esfuerzo adicional. Humanamente hablando, no debe de extrañarnos la respuesta de los fatigados seguidores ¿Qué les demos de comer?.

Seguir nuestros egoístas planes, y buscar la satisfacción de nuestros deseos personales, puede en muchas ocasiones ser enmascarado con actitudes de falsa piedad, así lo enseño Jesús, cuando enfrentó a escribas y fariseos, acusándoles de hipócritas que despojaban de sus bienes a las viudas, disimulando con largas oraciones, sus verdaderos intereses. El Señor nos alerta frente a este tipo de actitudes por las que se recibirá una mayor condenación. En un mundo plagado de intereses ocultos, Dios nos llama a ser auténticos en nuestra manera de vivir y en relación con los otros que  nuestra reacción sea la pureza de motivos.

38 El les dijo: ¿Cuántos panes tenéis? Id y vedlo. Y al saberlo, dijeron: Cinco, y dos peces.39 Y les mandó que hiciesen recostar a todos por grupos sobre la hierba verde.

Problemática. Cuanto tienen para alimentar a la multitud.
Solución. Cinco panes y dos peces
Conflicto. Una dificultad insuperable
Reacción. ¿Qué es esto para tanta gente?

Al pedir una solución humana,  Jesús desafía a sus discípulos, pues ellos ven la limitación humana, pues saben que en ese contexto no hay solución alguna. Los discípulos no habían entendido cómo resolver el desafío que Cristo les presentaba: alimentar a la multitud.  Los discípulos hombres prácticos en sus cálculos que ven en la petición de Jesús una dificultad insuperable. No pudieron sugerir a Jesús cómo proporcionar alimento para los cinco mil, su mejor idea había sido la de bajar a las aldeas y comprar pan por el valor de doscientos denarios. Esto, sin embargo, no es lo que Cristo tenía en mente para resolver la situación. «Él les preguntó: "¿Cuántos panes tenéis? Id a ver." Y al saberlo, dijeron: "Cinco, y dos peces"» (Mr 6.38). Destacando  el acto poderoso y milagroso que estaba a punto de realizar.


40 Y se recostaron por grupos, de ciento en ciento, y de cincuenta en cincuenta.41 Entonces tomó los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo, y partió los panes, y dio a sus discípulos para que los pusiesen delante; y repartió los dos peces entre todos.
42 Y comieron todos, y se saciaron.
43 Y recogieron de los pedazos doce cestas llenas, y de lo que sobró de los peces.
44 Y los que comieron eran cinco mil hombres.



Problemática. Alimentar a la multitud
Solución. La fe
Conflicto. Sólo creer
Reacción. Obedecer.


Con frecuencia no sabemos qué hacer, pero él siempre sabe lo que va a hacer. Ninguno de los discípulos sabía lo que había en la mente de Jesús, pero en este contexto, la mención de la obediencia, nos da una importante pista acerca de lo que es en realidad la fe. La fe se ejerce cuando se actúa con base en lo que Dios ha hablado.
La fe según lo que Cristo enseño a sus discípulos, está ligada con los proyectos de Dios, no de los hombres, es la convicción de que Dios cumplirá lo que él ha hablado. En este pasaje como en muchos otros de las escrituras los discípulos no hicieron nada más que obedecer las instrucciones que habían recibido.

Una mujer llamada Elizabeth Elliot dijo “Jamás podrás entender por qué el Señor hace lo que hace; pero si le crees, sólo eso te hará falta. Aprendamos pues a confiar en él por lo que él es.”

Pastor Ramón Cervantes Parra.