sábado, 28 de febrero de 2015

Edificando una Iglesia aprobada por Dios. 1 Corintios 3:5-17

Actualmente la iglesia está experimentando una crisis en su concepción, organización y relaciones internas, que muchas veces no refleja el diseño de Dios. Su naturaleza y función han sido alteradas.  A pesar de ello, la iglesia ha demostrado ser una comunidad indestructible, que con la ayuda de Dios ha utilizado los recursos dados por Él para sobreponerse a las crisis en medio de una sociedad tóxica que pone en riesgo su bienestar y la deja muchas veces desprotegida. La iglesia sobrevive en una sociedad que atenta contra su bienestar espiritual.  En esta era electrónica la los medios masivos, enseñan a la iglesia cómo pensar, sentir y actuar, en formas que muchas veces se oponen a los valores del Reino de Dios. Ahora son las letras de las canciones de moda, los predicadores con alto “rating” televisivo  o los músicos cristianos convertidos en estrellas, los que enseñan a la iglesia cómo deben de ser. Con la proliferación de tan diversos modelos congregacionales surge una pregunta. ¿Cómo tener la seguridad de que la iglesia tiene el visto bueno de Dios? En 1 Corintios 3.5-17 Pablo utiliza y desarrolla la metáfora de la edificación, como lo hace en varios de sus escritos, para enseñarnos que la iglesia recibe la aprobación de Dios cuando, confía en Dios, pone el fundamento correcto y usa los materiales correctos.

Los temas de la construcción, del edificio que se construye ocupan gran lugar en la Biblia, libro de un pueblo que se construye y edifica sus casas, sus ciudades, su templo. Construir es un deseo natural del hombre.
En griego, la palabra “edificación” es compuesta por “OIKOS”, es decir, “casa”; y “DEMO”, “construir”. En este contexto el Salmo 127 es un salmo escrito por el sabio Salomón, en El tema de este Salmo,  es que las empresas humanas se realizan sólo con la bendición divina, se asociaba probablemente con la edificación del templo por Salomón destaca un asunto de suma importancia. SI el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican.
No podemos aspirar a una construir una iglesia efectiva sin la presencia de Dios. El problema es que muchas veces vivimos así, por nuestra cuenta, haciendo  que consideramos adecuado, siguiendo nuestros propios valores, ideas, y en ocasiones, siguiendo lo que nos enseñaron, heredaron o contagiaron los demás.
La enseñanza es muy sencilla pero de lo más importante. Jesús, piedra angular y templo santo, no es solamente el nuevo edificio; es también su constructor. El edificio es obra suya, es su Iglesia “Yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y las puertas del reino de la muerte no prevalecerán contra ella.” Él escoge sus materiales y los pone en su lugar, él es quien da» a cada uno su puesto y su ministerio, que da a todos los elementos del edificio concordia y cohesión y construye así su propio cuerpo.
Edificar es sinónimo de construir. Idea que se relaciona en forma especial con el hacer, y para hacerlo hay que confiar en el constructor que Dios.

Edifiquemos sobre el fundamento correcto.
Los arquitectos tenemos entre otras cosas la habilidad de construir. Pablo está afirmando que él recibió esta asignación de parte de Dios y era responsable de colocar el fundamento correcto. Quien puede dudar de la importancia que tiene para un edificio, una buena cimentación. Las piedras angulares sostienen todo el edificio. El versículo 11 señala que el único principio básico verdadero es Jesucristo. Se puede intentar construir en otro fundamento, pero si se intenta hacer esto, no será la iglesia. El fundamento lo es todo. La piedra angular ha sido colocada en Jesucristo y todo lo que hacemos en la iglesia debe ser conformado en él

2. Utilícenos los materiales correctos
Construir con los materiales correctos, ha sido principio rector de toda construcción que pretenda perdurar. Grandes edificios de la antigüedad permanecen gracias a que quienes los construyeron hicieron uso de este principio básico; buenos materiales.
Pablo contrasta dos grupos de materiales. Por un lado es oro, plata, y piedras preciosas, el otro es madera, heno y hojarasca. La diferencia más importante es que el primer grupo no se quemará. ¿Qué representan estos materiales?
Construir con materiales de calidad tiene que ver con la calidad de nuestra enseñanza. La madera, el heno y la hojarasca se refieren a una enseñanza de poca calidad.
Se puede dar el caso de edificar un edificio con el  fundamento correcto y aun utilizar materiales equivocados. La calidad del trabajo es la base de la evaluación. La evaluación de Cristo nuestro ministerio será como un fuego pasando rápidamente a través de un edificio. El versículo 14 nos muestra los dos resultados posibles. Si nuestro trabajo pasa por alto la inspección recibiremos una recompensa. ¿Pasará por la prueba la iglesia que hemos edificado? El fuego evalúa cada material que toque. No lo olvide, estaremos ante Cristo y él evaluará el carácter de nuestra enseñanza y los motivos de nuestros corazones.

Tengamos cuidado de cómo edificamos.


Pastor Ramón Cervantes Parra

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