Ninguno de nosotros
ignora que la contaminación es un factor de riesgo para la
salud, sabemos que produce enfermedades y otros trastornos.
El aumento de los niveles de contaminación en las ciudades se ha visto
reflejado en un incremento en los ingresos hospitalarios y en el registro de
más casos de enfermedades cardiovasculares y pulmonares. Según la Organización
Mundial de la Salud la mortandad ha aumentado a causa de la contaminación ambiental. La emisión de dióxido de
carbono y otros contaminantes fueron en 2014 causantes de que aproximadamente
siete millones de personas murieran prematuramente en el mundo cada año. Esa
cifra es mayor que el número de muertes prematuras por sida y malaria
combinadas.
Muchas veces creemos que son los demás los que nos
contaminan. Pero la palabra de Dios dice que somos nosotros mismos los que nos
contaminamos y contaminamos a los demás. V 15 La frase del Señor Jesús debe
haber causado consternación a muchos de los presentes: 15 Nada hay fuera del
hombre que entre en él, que le pueda contaminar; pero lo que sale de él, eso es
lo que contamina al hombre” La mayoría de ellos eran conocedores de los
elaborados rituales que observaban los fariseos para mantener su pureza en un
mundo impuro. La práctica derivaba de una compleja interpretación de las leyes
del Antiguo Testamento que exigían pureza de los levitas y (Lv 11.44 y Ex
19.6).
Los
fariseos restringían seriamente el contacto con diferentes clases de personas
que consideraban contaminadas. La entrada de un judío a sus casas solamente era
posible si se sometía a una serie de rituales que quitaban todas las
“impurezas” que podía traer consigo, una de esas prácticas era el hábito de lavarse
cuidadosamente las manos antes de comer. Independientemente del asunto de la
higiene, los fariseos creían que en el acto de lavar sus manos removían de sus
personas todas las impurezas que pudieran haber acumulado en el transcurso del
día por haber estado en contacto con personas impuras. Su indignación contra
los discípulos de Jesús es porque esperaban que un grupo de personas que
seguían a un Maestro religioso observaran las mismas reglas que ellos.
La filosofía que sostenía las creencias de este
grupo religioso afirmaba que la contaminación es algo que rodea a la persona,
pues se encuentra en el mundo exterior a uno. La conclusión lógica de esta
postura, entonces, es que la pureza solamente se logra cuando se reduce al
mínimo el contacto con todo aquello que puede contagiar la vida de corrupción.
El
problema principal de este enfoque es que está combatiendo el mal en el lugar
equivocado. Jesús dice lo que verdaderamente contamina y destruye a una
persona, es lo que está “dentro, del corazón de los hombres,” porque de ahí
“salen los malos pensamientos, los adulterios, las
fornicaciones, los homicidios,”
Desde esta perspectiva Es
necesario reconocer que requerimos reorientar nuestra manera de pensar para que
cambie nuestra manera de vivir, una vida en la perspectiva de Dios en su medio, y
en sus influencias, estará centrada de
manera correcta en Él.
Dios no
nos ha dado a los creyentes en Cristo un complejo conjunto de reglas para
guiarnos. Nos ha dado su Espíritu quien está trabajando para cambiar nuestros
corazones, nuestras mentes y nuestro carácter desde adentro, para que a través de la vida entera se
manifieste la luz de Jesús tiene para encaminar nuestros pasos
y alumbre nuestro entendimiento
El
apóstol Pablo en su carta a los Filipenses resalta la manera en la que debemos
de nutrir el pensamiento con vitaminas espirituales, que nos permitan
mantenernos sanos.
VITAMINA “C”. CONFÍEMOS
EN EL CUIDADO DE CRISTO.
6 Por nada estéis afanosos, sino sean
conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con
acción de gracias. 7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo
entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo
Jesús.
La
Vitamina C es esencial para el desarrollo y mantención del organismo, por lo
que su consumo es obligatorio para mantener una buena salud.
La vitamina C sirve para: Evitar el
envejecimiento prematuro. Facilita la absorción de otras vitaminas y minerales.
Antioxidante. Evita las enfermedades
degenerativas tales como arteriosclerosis, cáncer, enfermedad de Alzheimer.
Evita
las enfermedades cardíacas
Las
circunstancias de la sociedad actual, hacen que frecuentemente las
personas se encuentren preocupadas,
ansiosas y afanosas. La preocupación aparece cuando
detectamos la presencia de un problema, y comenzamos de inmediato a pensar en
él para planificar las acciones futuras, que nos ayudarán en la toma de decisiones para superar nuestras dificultades.
Existe una lista casi interminable de problemas que inquietan y perturban
nuestros pensamientos: enfermedades, compromisos económicos, situaciones
laborales o escolares, relaciones interpersonales quebrantadas, dificultades
familiares, y una variedad de asuntos más, que desgastan y agotan nuestras
vidas. Es reconocido que la ansiedad, caracterizada por el estrés y la
presión, puede afectar los recursos emocionales y físicos de una persona de tal
manera, que pueden
producir enfermedades causadas por la
preocupación intensa.
En este pasaje el escritor muestra el antídoto para
sofocar la ansiedad y calmar nuestros temores, Pablo mismo experimentaba al
momento de escribir la carta, circunstancias difíciles pues estaba encarcelado esperando lo que
tal vez fuera su sentencia de muerte. El
apóstol nos dice que la paz de Dios, es el resultado de nuestra oración
confiada en él. Cuando en oración suplicamos por nuestras necesidades y
depositamos toda nuestra ansiedad sobre él, sustituimos la preocupación por la
confianza en el cuidado permanente de Cristo, quien nos dejó su paz para que no
estemos preocupados ni temerosos. Si bien la paz que Jesús nos ofrece, no quiere
decir falta de problemas, ninguna experiencia de sufrimiento o peligro nos la
puede quitar, porque Su paz, la que la gente de este mundo no alcanza a
comprender, cuida, guarda y protege el corazón y los pensamientos de quienes
hemos creído en él. La ansiedad no debería de tener lugar en nuestras vidas,
porque quien cree, confía en la fidelidad de Dios, y su esperanza descansa en
la seguridad que él ofrece. Como creyentes a la hora de ser probados,
podemos darnos cuenta de que depende nuestra felicidad y sobre que está
cimentada nuestra paz. En lugar de atormentarnos con nuestros problemas y sentirnos
amenazados en busca de una seguridad que
no podemos encontrar fuera de él, liberémonos de nuestras
preocupaciones antes de que ellas nos perturben a nosotros. Reconciliémonos con Dios, acerquémonos en
oración a él, recibamos su perdón, démosle a conocer todas nuestras necesidades
y experimentemos una de las más grandes bendiciones de la vida cristiana, la
paz de Dios.
VITAMINA “B”. BUSQUEMOS LO BUENO
8Por
lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo,
todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud
alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.
Grupo
de vitaminas relacionadas con el metabolismo. El metabolismo es el
conjunto de reacciones y procesos
físico-químicos que ocurren en una célula[]
Estos complejos procesos interrelacionados son la base para crecer,
reproducirse, mantener sus estructuras, responder a estímulos, etc.
Sería una ilusión pensar que lo que pasa en un
nuestro entorno no afecta nuestras vidas, y que en el escondite secreto de
nuestros pensamientos no guardamos vanidades, odios, iras, contiendas, temores,
lujurias, conceptos de Dios hechos a nuestra medida, ¡y sabrá Dios cuantas
cosas más¡
¿Qué sucedería si nuestros pensamientos comenzarán a proyectarse públicamente
en la pantalla de un televisor?
¿Cómo ignorar que nuestros pensamientos
afectan la salud de nuestras vidas? Al igual que aprendemos con dolor, que
demasiada azúcar pica los dientes. Lo que dejamos entrar en
nuestra mente influye en las palabras que decimos y las cosas que hacemos, como
dice el proverbio “cual es su pensamiento en su corazón, tal es él”. No hay duda de que la mente, es un blanco
del enemigo, Satanás quiere por todos los medios posibles, normar
nuestra vida y conducta en contra de Dios,
para lograrlo no concederá momentos de descanso o de suspensión
temporal. Es necesario reconocer que somos incapaces de resguardar por nosotros
mismos nuestra mente en contra de los asaltos de los malos pensamientos. Por ello, además de depender de la fortaleza de Dios, conducirnos con firmeza y llevar todo pensamiento
rebelde a obedecer a Cristo, debemos tomar en cuenta la manera de nutrir
nuestra mente de cosas buenas.
El apóstol da a los filipenses una
lista de seis grandes temas para la meditación, que es algo más que un simple
pensar; es atender con la mente, es alimentar sus pensamientos. Lejos de tratar de explicar todo lo verdadero,
noble, justo, puro, amable, honesto y digno de admiración. Es necesario tener
claro que la cuestión primordial a la que Pablo nos exhorta, es la excelencia moral,
que no puede tener otro punto de referencia que la mente de Cristo. Cuando como
cristianos, caminamos diariamente con el Señor, y tratamos de aplicar rectamente lo que en Cristo
Jesús se nos ha revelado, no sólo somos capaces de distinguir los pensamientos
buenos o malos, a través del Espíritu quien nos guía a toda verdad, sino que también
podemos darnos cuenta de la necesidad de renovación de nuestras mentes. Seamos selectivos y busquemos edificarnos
de todo lo bueno que proviene de Dios.
VITAMINA “A”. APLIQUEMOS LO APRENDIDO
9Lo
que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios
de paz estará con vosotros.
La
vitamina A o retinol es una vitamina liposoluble;
ayuda a la formación y mantenimiento de dientes sanos, tejidos blandos y óseos,
de las membranas mucosas y de la piel. Se conoce también como retinol, ya que
genera pigmentos necesarios para el funcionamiento de la retina. Desempeña un
papel importante en el desarrollo de una buena visión, especialmente ante la
luz tenue. También se puede requerir para la reproducción y la lactancia
La mayoría de las personas estamos conscientes que la
salud física depende en buena parte de una adecuada dieta alimenticia. De la misma manera nuestra
salud mental y espiritual depende, en mayor proporción todavía que la corporal,
de lo que nutre nuestra mente. Cabe preguntarnos ¿Por
qué usualmente menospreciamos el
ocuparnos de nuestros pensamientos? ¿Desconocemos la importancia que desempeña
en nuestra vida espiritual, lo que platicamos, vemos, imaginamos o leemos? Pablo no
solamente mueve a los hermanos de
Filipos a la meditación, porque esta en sí misma no transforma la vida, sino que los convoca a la acción
obediente. Pablo les enseño, pero también practicó de palabra (oísteis) y de
obra (visteis). Este versículo nos enseña el poder práctico
del evangelio en las vidas de los que hemos
sido salvados por nuestro Señor Jesucristo. Hoy el mundo no sólo requiere de personas que oren
como cristianos, alaben como cristianos sino que piensen y actúen como
cristianos. De esta manera no solamente encontraremos la paz de Dios, sino
también el Dios de paz estará con nosotros.
Una
antigua leyenda habla acerca de tres hombres y sus sacos. Cada uno tenía dos sacos,
uno atado frente al cuello y el otro atado a la espalda. Cuando le preguntaron
al primer hombre que había en sus sacos, contestó: "En el saco sobre mi
espalda están todas las cosas buenas que mis amigos y mi familia me han hecho.
De este modo no se ven. En el saco del frente están todas las cosas malas que
me han sucedido. De vez en cuando me detengo, lo abro, saco las cosas, las
examino, y pienso en ellas". En realidad este individuo no progresaba
mucho en la vida porque se detenía demasiado para concentrarse en toda la
basura que cargaba.
Le
preguntaron al segundo hombre acerca de sus sacos. Contestó: "En el saco
del frente están todas las cosas buenas que he hecho. Me gusta mirarlas, y con
mucha frecuencia las saco para ostentar ante la gente. ¿El saco en la espalda?
Ahí mantengo todas mis equivocaciones, y las cargo todo el tiempo. Seguro que
son pesadas, me aminoran la marcha, pero qué le vamos a hacer, por alguna razón
no puedo deshacerme de ellas".
Cuando le
preguntaron al tercer hombre por sus sacos, respondió: "El del frente es
maravilloso. En él guardo todos los pensamientos positivos que tenga acerca de
las personas, todas las bendiciones que he experimentado, todas las grandes
cosas que otros han hecho por mí. El peso no es problema. El saco es como las
velas de un barco: me impulsan hacia adelante. El saco en la espalda está
vacío. No hay nada en él. Le hice un gran hoyo en el fondo. En él pongo todo lo
malo que pienso acerca de mí, o que oigo de otros. Todo esto entra por un lado
y sale por otro, por lo que no estoy cargando nada de peso extra".
¿Qué
clase de pensamientos estamos cargando en nuestros sacos? ¿Acaso
creemos que nadie sabe lo que hay dentro de ellos?
Respondamos como
corresponda, pidamos Espíritu
de Dios aclare y alimente nuestros pensamientos.
Pastor
Ramón Cervantes Parra
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