domingo, 15 de febrero de 2015

¿Cómo cuidarnos de la contaminación? Marcos 7:1-23

Ninguno de nosotros  ignora que la contaminación es un factor de riesgo para la salud, sabemos que produce enfermedades y otros trastornos.
El aumento de los niveles de contaminación en las ciudades se ha visto reflejado en un incremento en los ingresos hospitalarios y en el registro de más casos de enfermedades cardiovasculares y pulmonares. Según la Organización Mundial de la Salud la mortandad ha aumentado a causa de la contaminación ambiental. La emisión de dióxido de carbono y otros contaminantes fueron en 2014 causantes de que aproximadamente siete millones de personas murieran prematuramente en el mundo cada año. Esa cifra es mayor que el número de muertes prematuras por sida y malaria combinadas.

Muchas veces creemos que son los demás los que nos contaminan. Pero la palabra de Dios dice que somos nosotros mismos los que nos contaminamos y contaminamos a los demás. V 15 La frase del Señor Jesús debe haber causado consternación a muchos de los presentes: 15 Nada hay fuera del hombre que entre en él, que le pueda contaminar; pero lo que sale de él, eso es lo que contamina al hombre” La mayoría de ellos eran conocedores de los elaborados rituales que observaban los fariseos para mantener su pureza en un mundo impuro. La práctica derivaba de una compleja interpretación de las leyes del Antiguo Testamento que exigían pureza de los levitas y (Lv 11.44 y Ex 19.6).

Los fariseos restringían seriamente el contacto con diferentes clases de personas que consideraban contaminadas. La entrada de un judío a sus casas solamente era posible si se sometía a una serie de rituales que quitaban todas las “impurezas” que podía traer consigo, una de esas prácticas era el hábito de lavarse cuidadosamente las manos antes de comer. Independientemente del asunto de la higiene, los fariseos creían que en el acto de lavar sus manos removían de sus personas todas las impurezas que pudieran haber acumulado en el transcurso del día por haber estado en contacto con personas impuras. Su indignación contra los discípulos de Jesús es porque esperaban que un grupo de personas que seguían a un Maestro religioso observaran las mismas reglas que ellos.

La filosofía que sostenía las creencias de este grupo religioso afirmaba que la contaminación es algo que rodea a la persona, pues se encuentra en el mundo exterior a uno. La conclusión lógica de esta postura, entonces, es que la pureza solamente se logra cuando se reduce al mínimo el contacto con todo aquello que puede contagiar la vida de corrupción.

El problema principal de este enfoque es que está combatiendo el mal en el lugar equivocado. Jesús dice lo que verdaderamente contamina y destruye a una persona, es lo que está “dentro, del corazón de los hombres,” porque de ahí “salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios,”

Desde esta perspectiva Es necesario reconocer que requerimos reorientar nuestra manera de pensar para que cambie nuestra manera de vivir, una vida en la perspectiva de Dios en su medio, y  en sus influencias, estará centrada de manera correcta en Él.
Dios no nos ha dado a los creyentes en Cristo un complejo conjunto de reglas para guiarnos. Nos ha dado su Espíritu quien está trabajando para cambiar nuestros corazones, nuestras mentes y nuestro carácter desde adentro,  para que a través de la vida entera se manifieste la luz de Jesús tiene para encaminar nuestros pasos y alumbre nuestro entendimiento

El apóstol Pablo en su carta a los Filipenses resalta la manera en la que debemos de nutrir el pensamiento con vitaminas espirituales, que nos permitan mantenernos sanos.

VITAMINA “C”. CONFÍEMOS EN EL CUIDADO DE CRISTO.

6 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. 7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

La Vitamina C es esencial para el desarrollo y mantención del organismo, por lo que su consumo es obligatorio para mantener una buena salud.
La vitamina C sirve para: Evitar el envejecimiento prematuro. Facilita la absorción de otras vitaminas y minerales. Antioxidante.  Evita las enfermedades degenerativas tales como arteriosclerosis, cáncer, enfermedad de Alzheimer.
Evita las enfermedades cardíacas

Las circunstancias de la sociedad actual, hacen que frecuentemente las personas  se encuentren preocupadas, ansiosas y  afanosas. La preocupación aparece cuando detectamos la presencia de un problema, y comenzamos de inmediato a pensar en él para planificar las acciones futuras, que nos ayudarán en  la toma de decisiones para superar nuestras dificultades. Existe una lista casi interminable de problemas que inquietan y perturban nuestros pensamientos: enfermedades, compromisos económicos, situaciones laborales o escolares, relaciones interpersonales quebrantadas, dificultades familiares, y una variedad de asuntos más, que desgastan y agotan nuestras vidas. Es reconocido que la ansiedad, caracterizada por el estrés y la presión, puede afectar los recursos emocionales y físicos de una persona de tal manera, que pueden producir enfermedades causadas por la preocupación intensa.
En este pasaje el escritor muestra el antídoto para sofocar la ansiedad y calmar nuestros temores, Pablo mismo experimentaba al momento de escribir la carta, circunstancias difíciles pues estaba encarcelado esperando lo que tal vez fuera su sentencia de muerte. El apóstol nos dice que la paz de Dios, es el resultado de nuestra oración confiada en él.  Cuando en oración  suplicamos por nuestras necesidades y depositamos toda nuestra ansiedad sobre él, sustituimos  la preocupación por la confianza en el cuidado permanente de Cristo, quien nos dejó su paz para que no estemos preocupados ni temerosos. Si bien la paz que Jesús nos ofrece, no quiere decir falta de problemas, ninguna experiencia de sufrimiento o peligro nos la puede quitar, porque Su paz, la que la gente de este mundo no alcanza a comprender, cuida, guarda y protege el corazón y los pensamientos de quienes hemos creído en él. La ansiedad no debería de tener lugar en nuestras vidas, porque quien cree, confía en la fidelidad de Dios, y su esperanza descansa en la seguridad que él ofrece. Como creyentes a la hora de ser probados, podemos darnos cuenta de que depende nuestra felicidad y sobre que está cimentada nuestra paz. En lugar de atormentarnos con nuestros problemas y sentirnos amenazados en  busca de una seguridad que no podemos encontrar fuera de él, liberémonos de nuestras preocupaciones antes de que ellas nos perturben a nosotros. Reconciliémonos con Dios, acerquémonos en oración a él, recibamos su perdón, démosle a conocer todas nuestras necesidades y experimentemos una de las más grandes bendiciones de la vida cristiana, la paz de Dios.

VITAMINA “B”. BUSQUEMOS LO BUENO
8Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.
Grupo de vitaminas relacionadas con el metabolismo. El metabolismo es el conjunto de reacciones y procesos físico-químicos que ocurren en una célula[] Estos complejos procesos interrelacionados son la base para crecer, reproducirse, mantener sus estructuras, responder a estímulos, etc.
Sería una ilusión pensar que lo que pasa en un nuestro entorno no afecta nuestras vidas, y que en el escondite secreto de nuestros pensamientos no guardamos vanidades, odios, iras, contiendas, temores, lujurias, conceptos de Dios hechos a nuestra medida, ¡y sabrá Dios cuantas cosas más¡ ¿Qué sucedería si nuestros pensamientos comenzarán a proyectarse públicamente en la pantalla de un televisor? ¿Cómo ignorar que  nuestros pensamientos afectan la salud de nuestras vidas? Al igual que aprendemos con dolor, que demasiada azúcar pica los dientes. Lo que dejamos entrar en nuestra mente influye en las palabras que decimos y las cosas que hacemos, como dice el proverbio “cual es su pensamiento en su corazón, tal es él”. No hay duda de que la mente, es un blanco del enemigo, Satanás quiere por todos los medios posibles, normar nuestra vida y conducta en contra de Dios,  para lograrlo no concederá momentos de descanso o de suspensión temporal. Es necesario reconocer que somos incapaces de resguardar por nosotros mismos nuestra mente en contra de los asaltos de los malos pensamientos. Por ello, además de depender de la fortaleza de Dios, conducirnos con firmeza y llevar todo pensamiento rebelde a obedecer a Cristo, debemos tomar en cuenta la manera de nutrir nuestra mente de cosas buenas.

El apóstol da a los filipenses una lista de seis grandes temas para la meditación, que es algo más que un simple pensar; es atender con la mente, es alimentar sus pensamientos. Lejos de tratar de explicar todo lo verdadero, noble, justo, puro, amable, honesto y digno de admiración. Es necesario tener claro que la cuestión primordial a la que Pablo nos exhorta, es la excelencia moral, que no puede tener otro punto de referencia que la mente de Cristo. Cuando como cristianos, caminamos diariamente con el Señor, y tratamos de aplicar rectamente lo que en Cristo Jesús se nos ha revelado, no sólo somos capaces de distinguir los pensamientos buenos o malos, a través del Espíritu quien nos guía a toda verdad, sino que también podemos darnos cuenta de la necesidad de renovación de nuestras mentes. Seamos selectivos y busquemos edificarnos de todo lo bueno  que proviene de Dios.

VITAMINA “A”. APLIQUEMOS LO APRENDIDO
9Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros.

La vitamina A o retinol es una vitamina liposoluble; ayuda a la formación y mantenimiento de dientes sanos, tejidos blandos y óseos, de las membranas mucosas y de la piel. Se conoce también como retinol, ya que genera pigmentos necesarios para el funcionamiento de la retina. Desempeña un papel importante en el desarrollo de una buena visión, especialmente ante la luz tenue. También se puede requerir para la reproducción y la lactancia

La mayoría de las personas estamos conscientes  que la salud física depende en buena parte de una adecuada  dieta alimenticia. De la misma manera nuestra salud mental y espiritual depende, en mayor proporción todavía que la corporal, de lo que nutre nuestra mente. Cabe preguntarnos ¿Por qué usualmente menospreciamos el ocuparnos de nuestros pensamientos? ¿Desconocemos la importancia que desempeña en nuestra vida espiritual, lo que platicamos, vemos, imaginamos o leemos? Pablo no solamente  mueve a los hermanos de Filipos a la meditación, porque esta en sí misma no transforma la vida, sino que los convoca a la acción obediente. Pablo les enseño, pero también practicó de palabra (oísteis) y de obra (visteis).  Este versículo nos enseña el poder práctico del evangelio en las vidas de los que hemos  sido salvados por nuestro Señor Jesucristo. Hoy el mundo no sólo requiere de personas que oren como cristianos, alaben como cristianos sino que piensen y actúen como cristianos. De esta manera no solamente encontraremos la paz de Dios, sino también el Dios de paz estará con nosotros.

Una antigua leyenda habla acerca de tres hombres y sus sacos. Cada uno tenía dos sacos, uno atado frente al cuello y el otro atado a la espalda. Cuando le preguntaron al primer hombre que había en sus sacos, contestó: "En el saco sobre mi espalda están todas las cosas buenas que mis amigos y mi familia me han hecho. De este modo no se ven. En el saco del frente están todas las cosas malas que me han sucedido. De vez en cuando me detengo, lo abro, saco las cosas, las examino, y pienso en ellas". En realidad este individuo no progresaba mucho en la vida porque se detenía demasiado para concentrarse en toda la basura que cargaba.
Le preguntaron al segundo hombre acerca de sus sacos. Contestó: "En el saco del frente están todas las cosas buenas que he hecho. Me gusta mirarlas, y con mucha frecuencia las saco para ostentar ante la gente. ¿El saco en la espalda? Ahí mantengo todas mis equivocaciones, y las cargo todo el tiempo. Seguro que son pesadas, me aminoran la marcha, pero qué le vamos a hacer, por alguna razón no puedo deshacerme de ellas".
Cuando le preguntaron al tercer hombre por sus sacos, respondió: "El del frente es maravilloso. En él guardo todos los pensamientos positivos que tenga acerca de las personas, todas las bendiciones que he experimentado, todas las grandes cosas que otros han hecho por mí. El peso no es problema. El saco es como las velas de un barco: me impulsan hacia adelante. El saco en la espalda está vacío. No hay nada en él. Le hice un gran hoyo en el fondo. En él pongo todo lo malo que pienso acerca de mí, o que oigo de otros. Todo esto entra por un lado y sale por otro, por lo que no estoy cargando nada de peso extra".
¿Qué clase de pensamientos estamos cargando en nuestros sacos? ¿Acaso creemos que nadie sabe lo que hay dentro de ellos?

Respondamos como corresponda, pidamos Espíritu de Dios aclare y alimente nuestros pensamientos.


Pastor Ramón Cervantes Parra


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